Ferrari o Dacia Logan

Desde que comencé la «aventura» de Viavox hace algunos años, siempre he tenido un caballo de batalla con los clientes que no saben valorar los servicios y el trabajo de los demás. Dichos populares como «bacalao gordo y que no pese», «bueno, bonito y barato», «dar duros a peseta», » el chollo del siglo»… no expresan tan bien «la ceguera» de estas personas como lo hace esta parodia que vi ayer por la red y que me hizo reír bastante.

Un hombre entra en un concesionario de coches de lujo. Se acerca a un precioso Ferrari, y le dice a uno de los vendedores: “Quiero este Ferrari”
– “Excelente elección, caballero”
– “¿Cuál es el precio?”
– “200.000 euros, señor”
– “¿Cómo dice? ¿200.000 euros? ¿Se ríe de mí?”
– “Disculpe, señor, no le entiendo…”
– “Acabo de estar en otro concesionario, y me venden un Dacia Logan de segunda mano por 5.000 euros”
– “Ya, señor, pero entenderá usted que hay ciertas diferencias…”
– “¿Diferencias? Un coche es un coche: un motor, cuatro ruedas, un volante…”
– “En ese caso, señor, le sugiero que adquiera usted el Dacia Logan que seguro le dará grandes satisfacciones”
– “Pero es que yo quiero un Ferrari. Mire, haremos una cosa, le ofrezco 10.000 euros y no se hable más…”

Más claro y con mejor sentido del humor no se puede decir. Muchas veces hay que morderse la lengua cuando tienes una persona delante que no valora tu conocimiento, tu calidad, tu servicio, tu experiencia… todo intangible pero que al fin y al cabo es lo que se está comprando. Hay gente que solo valora lo que se ve, y este gran error es complicado reconducirlo. Todo el mundo está plenamente capacitado para establecer el valor que quiera a las cosas ( y por lo consiguiente a fijar el precio que vea oportuno) pero siempre dentro del respeto. Habrá personas que pagar 200.000 € por un Ferrari lo vean exagerado, pero la libertad de equiparar un Dacia Logan con un Ferrari es algo que no se debería de hacer a la ligera y buscar dónde está la diferencia antes de emitir un juicio. 

Hasta hoy, la única salida que tenía era «si es mejor y más barato, no lo dudes. cómpralo y si no hay trampa ni cartón de lo dices que me interesa a mi también», pero después de tantos años, el tiempo siempre me ha dado la razón y esas personas lo han reconocido… pero tarde. Pero como dicen otros refranes populares…»nunca es tarde si la dicha es buena» ó » rectificar es de sabios».

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